¿Cómo puedes usar imágenes y otros recursos en tus diseños?

Tu diseño no es muy legal

María Romero
7 min readMay 20, 2020

En el diseño de producto digital es recurrente el uso de iconos, imágenes, tipografías o ilustraciones, pero, por lo general, un diseñador no puede encargarse también de crear los iconos o ilustraciones que usa, especialmente teniendo a su disposición el vasto mundo de Internet.

Encontrar en Internet un imagen que te gusta y usarla es una acción bastante sencilla. Sin embargo, para hacer uso de este tipo de recursos de forma legítima y evitarnos problemas en el futuro, hay que tener en cuenta una serie de cuestiones legales.

Para incluir este tipo de contenido en nuestros diseños, una práctica común es hacer uso de lo que denominamos “bancos de imágenes sin derechos” , como Pixabay o Pexels, por nombrar algunos. No obstante, el uso correcto de estas fuentes no siempre es tan simple como elegir algo y utilizarlo libremente.

¿Qué vamos a ver?

En este artículo vamos a conocer cómo se puede hacer uso de estos recursos en los productos de forma legítima y, en caso de que no lo hagas, por qué deberías hacerlo. Todo ello con ejemplos reales de fuentes que usamos en nuestro día a día.

Antes que nada, ¿imágenes sin derechos? ¿qué derechos?

Los autores de cualquier tipo de obra, ya sean imágenes, ilustraciones o iconos, entre otros, tienen unos derechos exclusivos sobre el uso, disposición y explotación de su obra, conocidos como derechos de autor. Por lo tanto, para poder usar la obra en cuestión debes tener la autorización del autor. Y spoiler: eso no significa poner crédito a la fuente de la que has obtenido la imagen.

Los derechos de autor son un conjunto de derechos, económicos y morales, que tiene un autor sobre su obra. Estos derechos se generan automáticamente con la misma creación de la obra, sin necesidad de registro, solicitud oficial o trámite de ningún tipo. En el momento que tú has creado una ilustración, eres titular de los derechos de autor que protegen esa obra.

Luego nos podemos encontrar con distintas situaciones, ya que el autor puede ceder estos derechos a otras personas o compañías. Por ejemplo, si un fotógrafo de una empresa realiza una sesión de fotos es bastante probable que, por su contrato, haya cedido derechos de autor de esas fotografías a la empresa en la que trabaja. Luego, además, hay excepciones en los que se puede usar imágenes sin necesidad de autorización, con limitaciones: como el uso con fin docente o de investigación y con fin de parodia.

Debes tener en cuenta que el “uso” incluye diversas acciones, entre ellas, su modificación. Por esa razón, no es válido modificar una imagen sujeta a derechos de autor para poder usarla a tu gusto sin autorización.

Las licencias

Las imágenes de los bancos de imágenes no es que “no tengan derechos”, es que el autor o titular de esos derechos ha permitido el uso libre de esas imágenes. ¿Y cómo hace eso? A través de licencias.

Una licencia es el conjunto de condiciones a través del que el autor permite el uso de su obra, en resumen: la autorización, con los límites que el autor disponga.

Hay muchos tipos de licencias, algunas más permisivas que otras. Para que te hagas una idea, una licencia puede ser un párrafo en el que establezca cómo permite, y cómo no, usar su obra. Por ejemplo, Undraw, que es un repositorio de ilustraciones, tiene esta licencia en su web para determinar cómo puedes usar las ilustraciones disponibles:

UnDraw dispone a sus usuarios una licencia especialmente permisiva. ¿Qué permite? El uso de sus recursos de forma gratuita, en cualquier lugar del mundo, incluyendo su descarga, copia, modificación o distribución, con fines comerciales o no comerciales, sin necesidad de atribuir crédito al autor al usarlos. ¿Qué no permite? El uso de los recursos para replicar un servicio similar.

Estas licencias pueden tener distintas formas y límites. Pueden estar en abierto para los usuarios de una web o pueden constar por escrito para una persona o empresa específica, por ejemplo, en un contrato. Por lo general, las licencias deben determinar qué usos se permiten, durante cuánto tiempo se autoriza el uso y en qué alcance geográfico. También pueden ser de pago o gratuitas, es decir, que debas pagar al autor para realizar el uso que quieres de su obra. Todo esto depende de la decisión del titular de los derechos sobre la obra.

Importante: en el caso del diseño de producto digital nos interesa, especialmente, que se permita el uso comercial del recurso.

Hay licencias estandarizadas y reconocidas como las licencias Creative Commons (CC). De esta manera, el autor siempre conserva sus derechos de autor y puede definir qué usos se le podrá dar a su obra. Hay 6 tipos de licencias Creative Commons, dependiendo de lo permisiva que el autor quiera que sea.

Cada licencia tiene un tipo de marca representativa. La licencia Creative Commons Zero (CC0) es la que se conoce como “ningún derecho reservado” o de dominio público, en la que el autor autoriza el uso libre de su imagen. Si encuentras esta atribución en un recurso, ¡enhorabuena! puedes usarlo sin preocupaciones.

Información sobre la licencia CC0. Captura de https://creativecommons.org/publicdomain/zero/1.0/

¿Y si usas recursos sin autorización?

Como te imaginarás, si no tienes licencia para ese uso de la imagen, icono u otro recurso, estarás haciendo un uso inadecuado del mismo, y eso tiene sus consecuencias.

En un primer momento, lo más probable es que se te requiera la retirada de la imagen o el recurso en cuestión. Si no se retira, pueden ejercer acciones judiciales que acaben conllevando el pago por el precio que se debió pagar por su uso, y dependiendo del caso, hasta una indemnización por daños y perjuicios. En caso de que el autor pida medidas cautelares ante un juzgado, pueden incluso cerrar la página web temporalmente.

¿Cómo puedes hacer un uso adecuado?

Hay diversas formas de usar estos recursos de forma legítima. La más sencilla es que crees tú ese icono o hagas esa fotografía, pero ¿a quién vamos a engañar? Esto no siempre es posible.

Hay numerosos bancos de imágenes (y de otros recursos), algunos gratuitos y otros de pago. En ellos suele haber licencias de pago o licencias gratuitas con o sin limitaciones de uso. Por ejemplo, nombramos unos cuantos:

  • Imágenes: Unsplash, Pixabay, Pexels, Freepik, Istockphoto,…
  • Iconos: The Noun Project, Flaticon, IconFinder, Roundicons,…
  • Ilustraciones: UnDraw, DrawKit, Blush,…

Una vez encontrado un recurso que nos interese es importante fijarse en qué uso se permite y ajustarse a los límites establecidos. Para ello, lee las condiciones de uso de estos bancos de imágenes o información en el propio recurso. Por ejemplo, hay muchas plataformas que te permiten el uso gratuito del recurso con un fin personal y sin posibilidad de modificación, pero requieren un pago para poder hacer un uso comercial y/o modificar el recurso. En ese caso, solo podrás destinarlo a un uso comercial si obtienes la licencia de pago. A continuación, un par de ejemplos:

Las ilustraciones de humaaans usan una licencia de Creative Commons que permite su uso gratuito, sea comercial o no. Captura de https://www.humaaans.com/
Este módulo aparece al lado del detalle de imágenes o ilustraciones de Freepik. Como podemos ver, en este caso particular se permite el uso gratuito con fines comerciales, pero esta vez requiere atribución.

¿Ves una imagen que te gusta? Prueba suerte, si puedes contactar al autor hay veces que si pides permiso y explicas para qué la quieres usar te dan autorización o puedes llegar a una buena negociación. Eso sí, ¡siempre por escrito, por favor! No queremos problemas en el futuro.

Como ya podrás haber intuido, Google no está entre los casos que hemos nombrado. Al encontrar una imagen en Google no sabes quien ostenta los derechos de autor y si puedes o no usar esa imagen. De hecho, en su buscador, el detalle de la imagen incluye siempre este mensaje: “Las imágenes pueden estar protegidas por derechos de autor.” Puedes aprender más sobre ello en su apartado explicativo sobre derechos de autor.

Otras normativas a tener en cuenta

Sin embargo, esto no es todo. Debes ser prudente con todo lo que incluyas en tu producto, ya que hay otras normativas que pueden interferir. Por ejemplo, si haces un retrato de una persona y quieres usarlo en una web, debes asegurarte de tener una base legal para poder usar su imagen (y cualquier otro dato personal) conforme a la normativa de protección de datos y además debes asegurarte de que te hace cedido sus derechos de imagen para este fin.

[Si quieres saber más sobre consentimiento y otras bases legales en protección de datos personales, te lo explico en mi artículo anterior.]

Igualmente, hay que tener cuidado con usar recursos que contengan marcas o logos porque su uso también puede estar sujeto a propiedad intelectual.

Conclusiones

Los autores tienen derechos sobre sus obras, ya sea una impresionante pintura a óleo o un icono, y están protegidos jurídicamente, específicamente por la Ley de Propiedad Intelectual (LPI). Podrás usar una obra si tienes autorización, y estas autorizaciones pueden tener diversas formas y alcances.

Si no tienes autorización o no sabes si la tienes, es simple, no hagas uso de esa obra en tu producto. No solo por las consecuencias legales que puede acarrearte a ti y/o a tu empresa, sino también a nivel moral: ¡no olvides que detrás de cada imagen o ilustración hay trabajo de una o varias personas!

¡Muchas gracias por leer hasta aquí! Espero que te haya servido de ayuda. Te recuerdo que este artículo hace referencia a la normativa española y solo tiene un propósito informativo y orientativo básico, en ningún caso debe tomarse como asesoramiento legal. En caso de que tengas alguna cuestión que exceda de la información ofrecida en el mismo te recomiendo acudir a un especialista en la materia para que te asista de forma personalizada. Igualmente, si quieres profundizar, no dudes en escribir tu comentario o contactar conmigo para cualquier cuestión.

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María Romero

Interaction Designer @ BBVA | Data protection & IT Legal Advisor